Escogemos unos boletus pequeños y en buen estado y los laminamos muy finos con una mandolina. Untamos un plato de servir con un diente de ajo y colocamos encima los boletus laminados que regamos ligeramente con un aceite de oliva virgen extra y reservamos en la nevera.

Por otra parte picamos el pie de otro boletus para obtener un picadillo fino.

En un cuenco hacemos una vinagreta con tres partes de aceite vírgen extra por una de vinagre de Módena y mezclamos.

Sacamos los boletus laminados de la nevera  y los condimentamos con el picadillo, la vinagreta, un poco de queso curado rayado y unas escamas de sal Maldon. Finalmente adornamos el plato con una hoja de romero.